MALBA—PUERTOS

Xul SolarDaniel Leber

Vuelo infinito

29 Mar al 31 Aug, 2025

Xul Solar y Daniel Leber: Vuelo infinito reúne dos artistas y dos tiempos y, en su encuentro, busca perpetuar el deseo y la posibilidad que ambos artistas manifestaron de abrirse hacia los misterios del cosmos.


Alejandro Xul Solar (1887−1963) fue uno de los artistas argentinos más importantes del siglo XX, creador múltiple de imágenes, astrólogo, estudioso de las culturas y de las religiones y promotor de la creación de una lengua universal. Daniel Leber (n. 1988) es un artista contemporáneo, seguidor de la obra de Xul, cuyo trabajo expresa la misma vocación por el estudio de las tradiciones filosóficas, por hacer de cada imagen un puente hacia lo intangible y por buscar en la cotidianidad manifestaciones impensadas de lo divino.

La admiración de Leber hacia Xul da cuenta del carácter inspirador que la obra de este sigue revistiendo para un pintor de hoy; el deslumbramiento que sigue causando ese estilo único en que geometría y palabra se funden con imágenes visionarias de reinos, paisajes y seres que manifiestan su participación en un orden cósmico. Confirma, asimismo, la vigencia de las prácticas espirituales y de las tradiciones sagradas, y su rol en la búsqueda de sentido y el autoconocimiento. Nacidos con un siglo de diferencia, Xul crea un imaginario que instala –y Leber construye otro que invita a reafirmar– la importancia de generar símbolos para expresar verdades universales, la creencia en una humanidad con capacidad de renovación y transformación y la aspiración por conectar el mundo material y espiritual, atendiendo a las facultades místicas del hombre.

La exposición toma su título de una frase escrita en una pequeñísima obra de Xul Solar de marcada proporción vertical, en la que palabra e imagen revelan la aspiración del artista al ascenso y una permanente persecución de lo divino. La representación de este viaje y del encuentro e intercambio entre cielo y tierra aparece una y otra vez en la exposición y a ella se suma, fundamentalmente a través de las pinturas de Leber, la figura de la travesía en sentido horizontal: ese camino, también infinito, cuyo destino es, en realidad, conocerse a sí mismo.

En la introducción a una entrevista con Xul Solar publicada en la revista argentina El hogar en 1953, se dice: “Encerrado en las cuatro paredes de su estudio, está situado en el centro del universo”, un reducto interior que Xul demuestra que es infinito y lleno de misterios que descubrir. El mismo en que Daniel Leber busca estar presente, hallando sentidos profundos para cada acto cotidiano, con la confianza de que es así como el “universo vuelve a su estado mágico”. Con el afán de promover la continuidad de un lenguaje universal en cuya base está la búsqueda de sentido y la fraternidad, esta muestra aspira a acercarnos a la obra de dos artistas que, a través del pensamiento, del hacer y del juego, se atreven a pararse en lo que Leber llama “el borde del acantilado del misterio” y acceder así a otras realidades que se abren camino en sus imágenes. Estas comparten una aventura interior y funcionan como puentes hacia los secretos –y las posibilidades– de la humanidad.

Imagen: Alejandro Xul Solar. Boske, 1931. Acuarela y tinta sobre papel. Colección Fundación Pan Klub – Museo Xul Solar.

Xul Solar

(Buenos Aires, 1887)


Fue un artista, músico y escritor argentino. Su vida y su producción estuvieron marcadas por su profundo sentido místico y un espíritu revolucionario que lo llevaron a experimentar con la escritura, la lengua, la notación musical, el ajedrez, el tarot y la astrología, entre otras disciplinas, y a estudiar con profundidad tradiciones filosóficas, religiosas y místicas occidentales y no occidentales. Durante una larga estadía en Europa, que sucede entre 1912 y 1924, establece contacto con las vanguardias, entabla un fuerte vínculo con Emilio Pettoruti y es allí donde expone por primera vez de manera individual. Resuelto a revolucionar el campo artístico local, regresa a la Argentina en 1924, momento a partir del cual comienza además a sistematizar la manera de tener visiones, que registra mediante la escritura y la pintura.
En Buenos Aires se integra a la intelectualidad de vanguardia a través de su participación en el periódico local Martín Fierro y encuentra en Jorge Luis Borges otro interlocutor fundamental. A su producción plástica plástica, que incorpora letras y signos, suma la creación del neocriollo, una lengua basada en el español y el portugués, concebida para fomentar la comunicación en Latinoamérica. A lo largo de su carrera, desarrolla sistemas de pensamiento alternativos, como el reemplazo del sistema decimal por el duodecimal, un nuevo sistema de notación musical y su visión del Pan- tree, una reinterpretación del árbol de la vida. Su visión americanista se manifiesta en sus pinturas a través de banderas, inscripciones enigmáticas y referencias cabalísticas. Entre sus símbolos recurrentes, la serpiente se destaca como emblema de la sabiduría hermética y la transformación.
Entre sus exposiciones más destacadas se encuentra su presentación en Amigos del Arte en 1929, la muestra en la Sala II de la misma institución en 1940, y su exhibición en la Galería Guión en 1951, donde presenta sus pinturas inspiradas en la astrología y la Cábala. En 1960, participó en 150 Años de Arte Argentino en el Museo Nacional de Bellas Artes, consolidando su legado en la escena artística nacional e internacional.
Durante los últimos años de su vida y desde la casa del Delta del Tigre donde se instala a fines de la década del 50 desarrolla la panlingua, da forma a su serie de Proyectos y Fachadas para casas en el Delta y crea sistemas de escritura plástica que denomina grafías plastiútiles o pensiformas. Fallece el 9 de abril de 1963, año en que es homenajeado con una exposición retrospectiva en el Museo Nacional de Bellas Artes. Como señaló Borges, “Xul sabía que la realidad puede modificarse continuamente y creía que su misión consistía en esa revolución cotidiana”. Su obra sigue siendo, hasta el día de hoy, un referente ineludible del arte argentino y latinoamericano.

Daniel Leber

(Buenos Aires, 1988)


Es Licenciado y Profesor en Artes Plásticas por la Universidad de Buenos Aires y desarrolló su formación como artista de manera autodidacta y en el Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella. Desde muy joven se abocó al estudio de artistas como Xul Solar, Joaquín Torres García y Liliana Maresca, y de los símbolos, a través de los cuales busca traducir realidades superiores en elementos tangibles y cotidianos. Su obra participó de numerosas muestras colectivas, entre la que se destacan A 18 minutos del sol y Una historia de la imaginación en la Argentina (Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, 2023 y 2019). Tuvo muestras individuales en las galerías Calvaresi Contemporáneo (2022) e Isla Flotante (2021), entre otras. Es director de Detox, plataforma multidisciplinaria de contenidos que cruzan mística y actualidad. Coordinó el grupo de estudios de metafísica y esoterismo en LAR-Buenos Aires, un espacio de meditación experimental en la Pulpería Mutuálica y, junto a Marté, llevó adelante el equipo de exploración perceptual en Media Galería. Obtuvo el Primer Premio Itaú Artes Visuales (2022) y recibió las becas artísticas de la Fundación ASEF, Fundación Oxenford, Fondo Nacional de las Artes y del Banco de San Juan. Vive entre Berlín, Liubliana y Buenos Aires.