Poligomantes, 2016
Este conjunto escultórico disperso entre las gramíneas instala una atmósfera tan intensa como la de una antigua ceremonia ritual y después la amplía, la conduce hacia otro lugar. La cualidad polimórfica que emanan las esculturas hace que cada vez que creamos entenderlas, su significado se escabulla. Podría ser una procesión de monjes o un puñado de druidas que adoran al muérdago o, simplemente, menhires modernos en medio de la naturaleza. Un ejemplo: el acero inoxidable del que han sido confeccionadas les da una pátina de vértigo industrial, pero los pliegues –que son su tiro de gracia– invitan a la concentración y las acercan a la rigurosidad misteriosa del origami.